"Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía"
Rodolfo Walsh

viernes, 11 de agosto de 2023

Facundo, cuando la sangre hierve

Te imagino a tus 12, 13 en un despertar adolescente que se va tiñendo de rojo. Te imagino leyendo cada libro que caía en tus manos, escuchando a Silvio y soñando con la ropa de fajina verde olivo; a mí me pasaba que escuchaba nombres como Tania,  y pensaba, ¿por qué no? Tenía 12 cuando me colgué un Che Guevara en un hilo cola de ratón negro, lo que me valió responder la inquisición de adultxs que no entendían por qué carajos tenía un Che Guevara en el cuello a los 12 años. Qué se yo, dicen que a esa edad unx busca desprenderse de sus mapadres, y mi viejo era un pacifista declarado -lo es -, entonces yo tenía que diferenciarme. Anda a saber. Quizás por ese mismo motivo hoy mi hijo me corre con los liberales, aunque siempre creo que me está jodiendo.

Pero mi historia es difícil, no voy a hablarles de un hombre común

Te imagino escuchando Radio Rebelde, viendo esas imágenes blanco y negro que engrandecían cada hazaña, enamorándote cada vez un poco más de ese pedazo de historia; Víctor Jara, Violeta Parra, La guerra de Guerrillas, Camilo Cienfuegos y así… somos cultura que anda. Por eso será que nos llenan de consumos para no pensar. Vos te llenaste de estas cosas, que se convirtieron en algo más.

La vida es eterna en cinco minutos

Como ya no había Sierra Maestra por conquistar, encaraste la Patria Grande, y te convertiste en eso que te enamoró. No habrá sido fácil para ninguno de los tuyos, pero qué ibas a hacer, cuando la sangre hierve por una causa ambiciosamente justa, altruista, difícil. Y te fuiste a la selva colombiana.

Y va brotando brotando, como el musguito en la piedra

Y la vida te hizo varias morisquetas más. Después del proceso de paz, Camilo, te volviste. Bolivia en llamas te encontró de pie cámara en mano, para pegarte dos o tres balazos que no pudieron con vos. Un año preso en la peor cárcel del altiplano. En esa lucha supimos de tu existencia. Nos unimos a tu familia y a tus compañerxs en el grito que pedía tu libertad y regreso a la Argentina, era noviembre de 2019. Me acuerdo de estar laburando y escuchar a tu viejo en Radio con vos, pensé, este hombre es Juez de Paz en Chubut, seguro te liberan rápido.

Supo la historia de un golpe, sintió en su cabeza cristales molidos

Pasó un año entero de pandemia, las noticias llegaban como en montaña rusa. Me acuerdo que en marzo del 2020, con una calle desierta y un permiso flojo de papeles, mi viejo me pidió que vaya a la Rosada, donde me encontré con dos compañerxs para dejar una carta al Presidente, pidiendo que interceda por tu situación. Cómo no empatizar con vos, tus compañerxs y tu familia, vos preso, baleado, lejos, en un mundo apocalíptico de pandemia 2.0

Tengo esa nostalgia de domingo por llover

En diciembre de 2020 saliste de Chonchocoro. Te recibió el Sur, te recibió el conurbano, te recibió la militancia que nunca y a pesar de todo amedrentamiento, jamás dejaste. En esos meses te conocí, y fue medio conocer un poco de lo que admiré de chica, y en lo que no me convertí, no fui ninguna Tania. Conocerte fue traerme un poco de esa niña.  

Ven, seremos

Menos de un año después, noviembre del 2021, Colombia pidió tu cabeza, podés creer. Y te detuvieron en Trevelin. Si, vos sabías lo turbia que se vuelven las aguas, lo podías creer. Y tuviste la templanza para atravesar otra encrucijada judicial entre países, otra que ganaste. Mierda Facu, me quedo corta adjetivando tus vivencias, que no son ni un cuarto de lo que aquí relato con tristeza, bronca y cariño.

Ahora me parece que hubiera vivido, un caudal de siglos por viejos caminos

Estuviste un año preso en Ezeiza, hasta julio del 2022 en que la lucha popular, siempre la lucha, logró tu libertad y frenar el pedido de extradición a Colombia. Celebramos con un asado en casa del viejo, te reías de las pavadas que recordábamos con mis hermanas, yo pensaba en todo lo que no estabas contando de tu historia, porque me llenabas de curiosidad, ¿a cuántos seres de fajina había conocido?

En sus barrigas llevan lo que puedan arrebatarle al amor, la mato y aparece una mayor

Ayer veía las imágenes y pensaba, ¡que Larreta hijo de yuta!, un hombre tirado agonizando, no se puede creer. Una compañera me escribió, es Facundo Molares. Y ahí se me heló la sangre que hierve. En un segundo toda tu historia se me vino encima, como los borcegos asesinos y cobardes que te dejaron sin aire. Tus compañeras ahí tiradas, y esposadas por la espalda, a los gritos desesperados por tu vida. Te rodearon, te bajaron, esos cobardes asesinos que van de a muchos y que les pagan por matar, a vos, que te bancaste todas, Facu.

Ay de estos días terribles, ay de lo indescriptible

Y pensé en qué paradójica se vuelve la vida, que siendo un militante internacionalista te deja morir al pie del obelisco. Un día después, tenemos que leer/ver/escuchar, una sarta de hijayuteses sobre vos. No Facu, la historia te va a poner en su lugar. Intento en estas líneas sumar a humanizarte y reivindicar tu imagen y tu vida que fue coherente a tus valores de solidaridad militante.

Sólo sé que el viento va jugueteando en sus cabellos y que el sol brilla en sus ojos cuando le conducen camino a til-til 

Y también pensé en que quizás, cuando ya supiste que te ibas estarías pensando en los tuyos… papá no sufras porque detrás de esta imagen de mierda, respiro libre, y me vino a buscar mamá.

Yo me muero como viví…

No hace ni un día que te mataron, hace horas liberaron a tus compas, estamos tristes y con bronca, y tu nombre nuevamente ya es bandera. Ya no es No a la extradición, ya no es el pedido de Libertad, ahora es Justicia por tu asesinato. Y así será.

La única muerte es el olvido, y como dijo el poeta, el olvido está lleno de memoria.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPAÑERO

Facundo Molares, Presente! Ahora y Siempre.  



martes, 25 de abril de 2023

Her, el día que la máquina lloró

 Her


“Efectivamente, siempre llega un momento en 

que es preciso apagar las máquinas 

y hablar con alguien.

 Todas las competencias que tenemos

                                                                  con las tecnologías no conllevan para nada

          una competencia en las relaciones humanas” Dominique Wolton, “Internet y Después” 


Cuando vi Her me sorprendió la capacidad de enamoramiento de un hombre hacia una máquina. Me resultaba el colmo el hecho de que alguien pudiera sentir algo por algo que no siente. Aunque si pienso esto entre seres humanos… (quito la mirada de la pantalla. miro hacia arriba, que es a donde se mira cuando recordamos, y me afirmo: sí, sucede). En definitiva, no era tan malo enamorarse de Her. El punto de esta reflexión es la inteligencia artificial que combinada con las soledades interactivas resultan un combo preocupante. Otra que Mc Donalds. 


cuando Joaquín Phoenix hizo suspirar hasta un cúmulo de bits


Lo que más me desvela de los avances tecnológicos son las consecuencias humanas, tan humanas. 

Pero por alguna extraña razón nos seguimos reproduciendo. Es cierto también que el avance hizo que podamos reproducirnos sin relacionarnos. El deseo de maternar y paternar se libera de la posibilidad de conocer y conectar con alguien. Y ni que hablar de enamorarse. Porque mientras le hacemos kamehameha a la fantasía de Disney de príncipes y princesas, la ciencia nos acompaña. 

             

Navegando por la red, me encuentro con una charla de Eli Pariser que no habla de Burbuja de filtros; es una charla del 2019 titulada ¿Qué obligación tienen las plataformas de redes sociales con el bien común?. Una vez más, Eli Pariser echando luz a tanto bit. En esta ocasión, Pariser equipara las redes sociales a los espacios físicos que habitamos. Algo parecido a la proxémica, en tanto el espacio condiciona o impacta en la comunicación. Advierte que las redes sociales de hoy día son como la Nueva York de los 70, llena de basura con gente calentando sus manos en barriles en la calle; yo escribo desde Argentina, puntualmente desde La Matanza, podría enumerar mil barrios con imágenes más aterradoras que la pintoresca Nueva York, sea la década que sea. Pero el punto es que resulta interesante la comparación espacio físico/redes sociales, porque si algo tienen en común, es que habitamos ambos lugares, inevitablemente, o como diría Shoshana Zuboff, con una abrumadora sensación de inevitabilidad.  


Pariser se lanza al rescate del espacio posmoderno de Bauman, para levantarlo y subirlo al escenario una vez más. Extiende sus manos y nos muestra los dos espacios que habitamos, el real y el virtual. Propone un desafío interesantemente difícil, le habla al público usuario, pero el pedido es para los programadores, desarrolladores, diseñadores del entorno digital. Como a los planificadores urbanos, que les pedimos ciudades donde los humanos tengamos condiciones dignas y saludables para el desarrollo de nuestra vida, Pariser les pide a los diseñadores de la urbanidad digital lograr que los espacios virtuales sean esos parques donde deseamos ir con nuestros hijos a pasear. 


Un espacio virtual que nos humanice, ¿será un oxímoron? 

Quizás lo es, tanto como la capacidad humana de enamorarse de un sistema operativo, y que sea mutuo, como en Her. La diferencia radica en que humanizar la virtualidad tiene un límite que sólo la ficción hollywoodense puede traspasar: los sentimientos. Para todo lo demás, como decía la propaganda, existe Mastercard.

 


Julio 2022


Referencias

Bauman -  Eli Pariser - Zuboff - Wolton  - Film Her (2013)


TeD Pariser

https://www.ted.com/talks/eli_pariser_what_obligation_do_social_media_platforms_have_to_the_greater_good?awesm=on.ted.com_9QY4&language=es&subtitle=es

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