¿Qué pasó en el Ministerio?

Lo que me sorprende es la deglución sin masticar. Absolutamente ni una letra, ni la B, ni la O, ni la U. Nada. Y una noticia sin masticar es una peligrosidad absoluta de la que nos advierte día a día un programa como 6,7,8.

Es todo tan manipulable, (¡vaya que lo sabemos!) y es por ese motivo que realmente sorprende la deglución así, sin más.

Guarda con crear ídolos indiscutibles.


Ahora, con lo de Larosa, ojalá se sepa algún día que pasó realmente. Más allá de las suposiciones y degluciones.

Por otro lado...

A qué niveles bajos de discusión estamos llegando ¿no? Un palabrerío de insultos que resultan ¿simpáticos? porque vienen de los ídolos de aquí y de allá. O se está superhumanizando la política o se la está banalizando o algo. Pero no me resulta indiferente el trato entre Pino, Aníbal, Boudou, etc...

O respuestas de periodistas que solían gustarme, como Sandra Russo, que me parecen un tanto infantil. O como ya se dijo acá, las metáforas de Barone, como la de la Catedral. O 6,7,8 y este post.

Son cuestiones que me llevan a cuestionamientos. Ojala sea contagioso.