"Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía"
Rodolfo Walsh
lunes, 17 de septiembre de 2012
A 36 años de la Noche de los Lápices, Merlo patotea actos por la memoria
martes, 3 de abril de 2012
A 36 años del Golpe, desde APDH La Matanza, y los DDHH hoy
miércoles, 23 de noviembre de 2011
23 de Noviembre de 2010, cuando la policía, una vez más, se volvía brutal
domingo, 11 de septiembre de 2011
11 de Septiembre

jueves, 16 de junio de 2011
La locura del 16 de Junio del '55

miércoles, 24 de marzo de 2010
Plaza del 24, ¿plaza de todos? alguien crispó...
Primero, no concuerdo con el recital, la celebración, los festejos. Ni con las palabras de Hebe: "nosotros podemos cantar (en alusión a las críticas por el espectáculo) porque no negociamos con la sangre de nuestros hijos". ¿Porqué dice eso? ¿Será porque las Madres de Línea Fundadora aceptaron la indemnización (constitucional) del Estado por los desaparecidos? La misma que recibió algún H.I.J.O. Pareciera que para Hebe aceptar ese dinero (tal como cobrar un seguro de vida) fue vender o negociar con la sangre de sus hijos... Ay Hebe, si las oficinas de Asociación hablaran...
Nunca concordé con Hebe, y menos desde el día en que fui a la Universidad de las Madres, ahí, en H. Yirigoyen, y pregunté un tanto ingenua, porqué cometieron esa estupidez de separarse las madres... ahi me respondieron esto que les cuento, que Línea Fundadora acepto y bla...
En fin, Hebe, de plata no hablemos. Menos cuando Kirchner polariza aún más el asunto donando y regalando todo para un lado, cuando la causa es la misma.
Salió mucha gente, es cierto, muuucha más gente que años atrás... Salió la flamante clase 678, pero no escuché ni una vez los cantos de siempre ("olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a dónde vayan los iremos a buscar...", o "¿qué pasó con las Malvinas, esos pibes ya no están..." se acuerdan eh?), no vi la consigna unificada, vi un acto PARTIDARIO, que salió a festejar el proyecto nac&pop, que ni mencionó a los desaparecidos de hoy (López, Arruga...), que silvó a las columnas de izquierda porque venían gritando los nombres de la otra inseguridad, porque venían gritando lo que se calla, porque los que callan no ven que en los barrios se reprime, y que en las comisarías se tortura tal como en los '70, aquello que hoy fueron a ... recordar (bueno, entre marcha y marcha un poco se olvidaron, porque eso sí, la marcha peronista sonó y sonó...).
No pude escuchar a Nora Cortiñas, ¿qué tiempo le dieron en el súper trúper escenario? y el acto oficialista sigue en estos momentos.
No vi el Nunca Más, vi una pasión que no admite esa columna que levanta banderas que no caben en la fiesta. Y son banderas de hoy, necesidades que urgen, porque los pibes DESAPARECEN, y a nadie se le pianta el lagrimón. Y yo levanto esa bandera, porque Perón no vuelve, porque la marcha es pasión y sólo eso, (envidiable, por cierto), porque Perón traicionó (y siguió), y nadie se acuerda. Porque los dedos en V para mi son Victoria, no son PV.
Bien por Cristina, que apura a la justicia argentina y si no, vamos a una internacional. Pero la Plaza tuvo un gusto amargo. Tal como el choripán que me comí, porque, embarazada de 8 meses y medio, muerta de hambrey ya sintiéndome un poco mal, sentí que tenía que comer algo ante una inminente corrida, que, gracias a dios no pasó. Y para comer el choripán, Bruno se acercó a la fila y pidió el lugar, y las mujeres revolucionarias del proyecto nac&pop se quejaban y lo mandaban a cagar, y menos mal que no las escuché, pero desde acá les mando un, comete este choripán y andá a hacer la revolución, y tal como buena notera de 678 les preguntaría, ¿quién es Luciano Arruga? y no me contestarían porque están masticando el choripán.
Y el tema de los horarios y la plaza y el espacio... bue, ya es demasiado, ustedes lo vieron, que lo callen o no, no es asunto mío. Acá lo digo, acá lo dije. Y seguiré yendo, aunque chiflen a los que van a pedir la justicia de hoy, al mismo tiempo que reclaman el juicio y castigo de los crímenes de ayer, que piden memoria, verdad y justicia, como cada año.
Les molesta que alguien diga lo que falta, ¿porqué? Si no lo pedimos nosotros, ¿quién lo va a hacer? Si no recuerdan a López, a Luciano, ¿porqué no podemos hacerlo nosotros sin quedar tildados como funcionales a la derecha o algo similar? ¿Porqué no puedo apoyar y a su vez disentir?
No confundan los tantos, la Plaza del 24 es la Plaza de la memoria, no del Gobierno de ayer, ni de hoy, ni de mañana.
viernes, 19 de marzo de 2010
Por una Plaza "Nac&Pop"

Estamos a menos de una semana del 24 de Marzo, y se me viene una cuestión...
Desde que voy a las marchas (hace muuucho, desde la panza de mamá) recuerdo los escenarios siempre siempre, de espaldas a
Sin embargo, recuerdo a los anarquistas subidos a la pirámide, sellándola con su clásica A, todos los 24. Hoy los escenarios, en cada manifestación en Plaza de Mayo, se arman pasando la pirámide. Es decir, cada vez menos Plaza. Acuérdese usted, querido lector, de Perón hablándole de frente a la multitud. ¡Plaza hasta las bolas! Está bien, no pretendemos algo así, pero tampoco queremos dos centímetro de Plaza para el próximo año.
Ahora, desafío.
Tratándose este de un Gobierno congraciado con gran parte de la sociedad, incluso con bastantes organizaciones políticas, estudiantiles, juveniles, de derechos humanos, etc., ¿no estaría bueno que nos devuelvan
Si el escenario se armara donde antes, tendríamos
En cambio, tenemos la mitad, después, los canas y las vallas… No concuerda mucho con la lógica del Proyecto Nac y Pop.
El punto sería, quiero
Nada más, se viene otro Nunca Más, y tenemos que estar todos.
domingo, 28 de febrero de 2010
Feliz Cumpleaños, dondequieraqueestés

Hoy, Luciano cumpliría 18 años. Los familiares y amigos estarán homenajeándolo en la renombrada "Plaza Luciano Arruga", Perú y Necochea, desde las 16 hs, Lomas del Mirador.
Luciano Arruga, desaparecido hace un año y un mes. Sí, en democracia.
No olvidamos.
¡Aparición con vida y castigo a los culpables!
viernes, 26 de febrero de 2010
"La guerra no terminó"
Y no, Acosta, lo que no terminó es "la deuda" que ustedes tienen con el pueblo argentino, ninguna guerra.
Por un bicentenario sin genocidas sueltos, Juicio y Castigo!

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.
miércoles, 20 de enero de 2010
¿Te paso una pala?

Qué bueno, esta gente se sigue enterrando sola...
Buenas Noticias.
Pare... la pregunta es: ante la mayoría electoral, ¿se está enterrando?
No no no. Olvídese. (más bien recuerde)
Y sigamos juntando palas!
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Hermosa Mujer

Se nos fue Mónica Carranza, luchadora innata y humilde. Fundadora de "Los carasucias", Mónica será de las que no olvidaremos.
Transcribo algunos párrafos de una entrevista realizada para la revista "más allá del ... Pan y Circo", en julio de 2006, en su casa de Mataderos. Deténgase unos pocos minutos, lea la sencillez absoluta y la solidaridad más sincera.
¿Qué la motivó a crear la fundación?
Los recuerdos de mi infancia. Yo fui una piba de la calle cuando era chica. De grande me casé, tuve dos hijos, vivíamos en un el corazón de Mataderos, tenía un negocio, trabajábamos los dos. Yo me sentaba en la puerta a tomar mate y venían los chicos a pedirme un sánguche y yo les daba. Después me hice amiga y ya los esperaba con comida.
Escuchaba sus conversaciones y sabía de lo que hablaban, los aconsejaba, me acuerdo de una nena que contaba que su padre la tocaba, entonces yo le decía que no se dejara tocar.
Un día preparé una comida de aquellas, les hice milanesas napolitanas, postre, gaseosas y cuando ellos entraban me preguntaron a quién iba a invitar a comer hoy, hasta mantel les puse, ¡flores les puse!... imaginé que en ese momento invitaba a mi hermana que murió en una villa y no la pude salvar. Entonces les dije “lávense las manos y la cara”, lo que no me gustaba que me digan a mi cuando era piba, y pensé “cómo vengo a decir las mismas palabras”, cómo había crecido y había cambiado mi vida, de qué manera yo era una señora como las que me decían “lavate las manos y la cara Mónica, sentate a comer”. Todo se repetía en mi vida. Entonces les dije “siéntense, son ustedes mis invitados”. Cuando les dije que se laven fui a buscar una toalla y les di la mas blanca para que se sequen, después vi la toalla y estaba negra, ahí dije “cara sucia, ¿cuántas toallas negras habré dejado?”, así nació el nombre de la fundación.
(...)
¿Alguna vez se quedó frustrada con un proyecto?
Ahora. Hay cosas malas que están pasando. Es muy difícil encontrar gente con voluntad para hacer cosas. Es lo peor que me puede pasar ahora. Lo más difícil es encontrar personas de confianza para que ayuden con tu causa. Hay muchas malas costumbres, hoy son otros los códigos, la convivencia en sí es diferente. No solo que la familia unida no está, sino que la gente está mal.
(...)
¿Reciben ayuda del gobierno? (recuerden, año 2006)
De la municipalidad recibo 12.000 pesos al año para el comedor, no para los hogares. La hermana del presidente me ofreció un subsidio pero le dije que la única manera de ayudarme era dándome trabajo, porque lo que me hace crecer es el laburo. Ella me preguntó qué tipo de trabajo quería para la fundación, y le dije lavar coches, cuidar una playa de estacionamiento, vender chorizos. Como eso no estaba en su área lo habló con Aníbal Ibarra y nos dieron la parrilla.
¿Cómo fue la ayuda del gobierno en la década del ´90?
Una mierda. Con Menem fue terrible. Para ese entonces la gente comenzaba a conocerme por una nota que me hicieron Mónica y César Maceti. Después vinieron de otros medios y la gente se acercaba para traer comida, pero era tanta la demanda de las personas que venían a comer por día, que era imposible controlar el alimento que llegaba.
Entonces me fui directamente a la Casa de Gobierno a pedirle ayuda. Era un invierno frío y yo no podía salir a vender flores porque me habían operado de la cabeza. Yo creí que era una pelotudez hablar con el presidente, entré y dije “¿me podes dejar hablar con Menem?”. Ahí me dijeron que tenía que pedir una audiencia. Un señor que estaba ahí sacó una tarjeta y 100 pesos, me dijo “tomate un taxi y anda hasta este lugar que te van a ayudar”.
Era la casa de Carlitos Menem (hijo), un buen pibe que no tenía nada que ver con el viejo. Pero me dijeron que tenía que llamar. Fui a un teléfono público y cuando llamé dije que estaba abajo, que era Mónica Carranza y el que me atendió me dijo que me quería ayudar, que no me podían hacer esto y se puso a llorar. Entonces le corté, porque era un empleado que iba a perder el trabajo. Di media vuelta y me fui.
(...)
Tuvo dos encuentros con Carlos Menem ¿Cómo fueron?
Si, con Menem estuve dos veces. La primera le dije que me ayudara con la comida, pero no recibí nada. La segunda vez, cuando me preguntó cómo estaba, le contesté “¿cómo quiere que me vaya?, yo a usted una vez le pedí comida, y quiero recordarle que no le pedí para mí, le pedí para la gente que lo votó a usted, los más pobres”. En ese momento me dijo que me iba ayudar. “¡No me ayude más, viejo!, porque mi cabeza ha reventado de tanto sufrir, yo le había pedido que me ayude, ahora guárdese todo”. Ya hacía cuatro años del primer encuentro y ni siquiera me mandó un paquete de leche, por eso no acepté su ayuda la segunda y última vez que lo vi.
Menem tenía un problema de un ego espantoso. Yo hablaba de él en los medios, y había un poder tan ciego… me acuerdo que venían en autos con vidrios polarizados a ver qué les daba yo a mis “carasucias” y por celulares decían “acá se están llevando mercadería, y tenes que ver qué mercadería les da esta mujer, se llevan zapatillas, ropas, yerba, fideos, aceite, productos de marca”. ¡Eso era todo lo que me daba la gente! Entonces me decían “usted señora no puedo hacer esto, tiene que entregar bolsitas y entregarle a la gente en bolsitas”… “Acá a la gente se le va a dar lo que hay y con la marca que sea” fue mi respuesta. Después de eso me amenazaron por teléfono, pero seguí en la lucha.
(...)
Ha cambiado la moral, los códigos, las costumbres, la dignidad, ha cambiado todo. Si han intoxicado a miles y miles de jóvenes con tanta drogadicción, si las familias quedaron totalmente separadas, un hijo duerme en una cuadra, otro hijo está en Olmos, otro internado… ¿de qué manera puedo tener a mis hijos, o a mis nietos? De ninguna manera.
Yo creo que hace falta abrir muchas instituciones para los pibes más chicos, protegerlos urgente a ellos y darles la oportunidad de que se recuperen, no obligar a las madres cuando hay algunas que han perdido su sentido, que no están en su sano juicio. Esto es lo que queda de la sociedad que hicieron. No podemos juzgar a los madres, si es la misma que hace 10 años la vimos en la calle con una bolsita. Salvemos a los pibes.
Pongamos psicólogos, médicos… su máquina, su cuerpito, por más que aspiren, está sano, podemos recuperarlos. Yo tengo esperanza en el pibe, aposté al pibe. No podemos salvar a los que ayer cayeron, hay que salvar a los que hoy están ahí.
Conozco madres que han muerto de sida, que se perdieron con las drogas, pero sus hijos están bien, fueron al colegio, los vi yo, lo estoy viendo. Si no le damos la oportunidad a estos pibes van a hacer lo mismo que hicieron sus padres.
Es el momento en que tenemos que pensar en los más chicos. Así como yo tengo una institución hay miles de instituciones que podríamos hacer ayudando un poco cada uno, y de alguna manera sacar a flote a los pibes. Apuntar a la educación es lo mejor que podría hacer el país en este momento.
(...)
¿Qué opina de los planes sociales que otorga el gobierno?
Supongamos que yo esté descalza y viene alguien que no tiene para darme zapatillas pero me da una ojota… puedo andar con ojotas hasta que se consiga una zapatilla, que sería lo normal. Esto es un calmante. Lo necesario es el trabajo, la dignidad.
(...)
Los caminos se abren estudiando, trabajando, junto a la familia, ayudando a los viejos. Tengo toda la fé del mundo en la juventud, por eso lucho para que los pibes puedan llegar a defenderse el día de mañana.
lunes, 5 de octubre de 2009
viernes, 21 de agosto de 2009
Homenaje a Eduardo Pimentel: Un hombre que vivió su pensamiento

“Alguien me dijo al entrar: ‘Acá hay toda gente buena’”, contó Pablo Pimentel durante la apertura del acto en homenaje a su padre, Eduardo Pimentel, a 25 años de su muerte, llevado a cabo el pasado 6 de agosto en el Centro Cultural General San Martín.
Es que Eduardo Pimentel no podía menos que convocar almas nobles y luchadoras durante y después de su muerte. “Eduardo armó una familia grande, con ocho hijos, nietos, bisnietos, pero también armó una familia social, de compromisos y valores, y se demuestra con la presencia de todos ustedes”, dijo Pablo a las alrededor de 200 personas que colmaron la sala. “Mi padre fue una luz que no se puede poner debajo de la mesa”, expresó su hija Graciela explicando el motivo de un homenaje con carácter público.
Nacido en San Fernando el 28 de octubre de 1923, Eduardo Pimentel, el mayor de tres hermanos, tuvo que trabajar desde los 15 años, luego de la temprana muerte de su padre. Formado en el esfuerzo por los logros, dedicó su vida a su familia, y a su gran familia, la humanidad.
En 1951 se casó con Mabel Zaffaroni, con quien tuvo 8 hijos. Desde donde Eduardo Pimentel estuviera, practicaba la militancia que le nacía desde dentro. En la década del ’50 vivía junto a su esposa y hasta el momento tres hijos en Mar del Plata, allí militaba en la Acción Católica y en la Democracia Cristiana.
En el año 1958 los Pimentel se mudaron a Ciudad Evita, un barrio recientemente construído, donde obtuvieron una casa gracias a un plan del Banco Hipotecario. “Los gobiernos militares desalojaban casas y por eso mi padre creó el Comité por la Familia; uno de sus temas era el territorio familiar como lugar de pertenencia”, recuerda Pablo Pimentel.
Luego del gobierno de Onganía, Pimentel comenzó a militar en el sector revolucionario cristiano. Con el Partido Intransigente formaron la Alianza Popular Revolucionaria. En las elecciones presidenciales de marzo del ’73 se presentó la fórmula Alende-Sueldo, que tuvo su correlato con Marcelo Arabolaza y Eduardo Pimentel en la provincia. La Alianza Popular Revolucionario obtuvo el cuarto lugar.
El año 1975 fue el preámbulo del período más oscuro de la historia argentina. La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) había comenzado a desaparecer y torturar gente, bajo el mando directo de funcionarios del gobierno de Estela Martínez de Perón.
Ante esta situación, el 10 de diciembre de 1975, Pimentel junto a compañeros del Partido Comunista, socialistas, metodistas, judíos y católicos fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Entre sus miembros fundadores estaban el Obispo Jaime de Nevares, Alfredo Bravo, Adolfo Pérez Esquivel, Alicia Moreau de Justo, Raúl Alfonsín, Oscar Allende, Emilio Mignone, Susana Pérez Gallart, Jorge Novak, Aldo Etchegoyen y Simón Lázara.
Pero la lucha que lo ocuparía hasta el final de su vida –y por la que Eduardo fue tildado de loco- comienza a fines de 1982 cuando a Ignacio Pimentel, uno de sus hijos menores, le tocó hacer el servicio militar obligatorio. En plena dictadura militar, Eduardo utilizó la patria potestad como su arma de lucha para negarse rotundamente a que su hijo, que había sido educado en el amor, aprenda el manejo de las armas. Ni bien se enteró de que Ignacio había sido sorteado para realizar el servicio militar, Pimentel le mandó una carta documento al entonces presidente de facto, General Bignone, diciendo que en ejercicio de la patria potestad de su hijo, no daba la autorización para que realizara el servicio militar. Pero la carta no tuvo respuesta.
“A Ignacio se lo llevaron los milicos en un coche. Lo seguimos hasta un cuartel, y ahí mi padre llamó a la prensa para anunciar que iniciaba una huelga de hambre. ‘Si no sale del cuartel no dejo la huelga’, decía. Y al final fue increíble, le pusieron ‘no apto’, fue el primer objetor de conciencia público. Y así se creó el Fosmo, Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio” relata Pablo.
El Fosmo luchó desde sus comienzos por la abolición del servicio militar, amparó a los jóvenes objetores de conciencia y a sus padres, formando un grupo de gente dispuesta a luchar hasta que sea necesario. No está de más recordar que el Fosmo no ha acabado su lucha, porque el servicio militar no fue abolido, sino que en 1994 se ha hecho voluntario, y no por ley, sino por decreto (978/95).
El 6 de agosto de 1984 el Fosmo realizó un acto frente al Congreso previo a la presentación del proyecto de ley para abolir el servicio militar obligatorio. La fecha fue elegida para rendir homenaje a las víctimas de Hiroshima y Nagasaki.
Todos los que estuvieron presentes ese día recuerdan el frío polar. “Hacía un frío terrible, estábamos en las escalinatas de los monumentos del Congreso, y Eduardo tenía una camisa, un pulóver, un ponchito y su clásica boina. Entonces le dije: ‘Eduardo, que hacemos con este frío, nos morimos todos’ y el me dijo ‘pensá en los chicos, pensá en los chicos que se murieron de frío’. Cada vez que tengo un problema pienso en él y lo escucho decir, pensá en los chicos”, recordó María Teresa Slate, miembro del Fosmo.
Eduardo cerró el acto y ese mismo día se enfermó de neumonía. A los tres días, el 9 de agosto de 1984, falleció en su casa de Ciudad Evita. Tenía 60 años. A veces la muerte se adelanta. Pero Eduardo Pimentel había sembrado en tierras fértiles, por eso trascendió de manera que la muerte no pudo acabar con su tarea. Muchas personas que lo acompañaron en su camino tuvieron más tarde diferentes roles en el estado y ONG’s, y desde sus lugares llevaron a cabo las ideas de Eduardo.
Su mujer, Mabel Zaffaroni, contó que integraron el movimiento familiar cristiano, y manifestó que “es fundamental formar familia, porque es la primer célula de la sociedad, si la familia está sobre roca, como dice el evangelio, por más vendavales que soplen, no nos vamos a quebrar.”
Eduardo Pimentel consideraba a toda persona como su hermano, y siguiendo el legado de Simón Bolívar, fue su deseo el conformar una sola patria grande. En épocas de conflictos con Chile, se le ocurrió comenzar por los países vecinos y así se autodenominó el primer CHUAR, Chileno-Uruguayo-Argentino.
Su hijo Ignacio recordó: “Mi papá hablaba de hermanos, y eso incluía a todos, no sólo a los que estaban cerca de él. Al llegar la democracia me dijo: ‘va a llegar el momento de salir a defender los derechos humanos de los militares que van a estar presos, que sigan presos pero que estén humanamente presos’, un tipo que había luchado años por la justicia contra estos hombres que mataban, hay que tener la cabeza muy amplia para eso. ”
En 2005, por iniciativa de la actual Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia Sara Derotier de Cobacho, se creó por Decreto el Premio Provincial de Derechos Humanos “Eduardo Pimentel”, “que distingue a una personalidad o institución de reconocida trayectoria en el campo de los derechos humanos que de manera cotidiana y perseverante batallan por conseguir una sociedad más justa. El premio simboliza la lucha y la labor en defensa de los derechos humanos, como un reconocimiento del Estado hacia aquellos ciudadanos comprometidos en el trabajo de reconstrucción de los lazos sociales, en la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades, y por el respeto a la integridad del ser humano y su identidad”. En el homenaje, Sara Derotier contó que el premio Eduardo Pimentel representa su agradecimiento por la enorme solidaridad de un hombre en tiempos de dictadura.
Estuvieron presentes en el homenaje: Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, Sara Delotier de Cobacho, Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Héctor Polino, ex diputado socialista, Luis Farinello, cura tercermundista, Aldo Etchegoyen, presidente honorario de la APDH y obispo de la iglesia metodista, Susana Pérez Gallart, miembro fundadora de APDH, Juan Manuel Peralta, ex senador nacional de Paraguay, el pastor Arturo Blatezky, Referente de Coordinación del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) –del cual Eduardo fue fundador-, compañeros de la Democracia Cristiana, como Carlos Eroles y Alberto Aramouni, compañeros del Fosmo, como Alfredo Grande, Fernando Portillo, Eudoro Palacios, María Teresa Slate, Silvia Ortega, amigos, vecinos y familiares de Eduardo Pimentel.
PALABRAS DE AMIGOS Y COMPAÑEROS DURANTE EL HOMENAJE
Luis Farinello: “Eduardo fue de esas personas que te ayudan a ser bueno.”
Fernando Portillo: “Al servicio militar lo han suspendido por otro motivo, pero hubo diez años de siembra, de predicación, para convencer al país de que no éramos traidores, locos, vendepatrias y todo lo que nos dijeron, había que salir a la calle en el año ’82 (…) No ha terminado la lucha, el servicio militar está suspendido, no anulado”
Héctor Polino: “Lo de Pimentel fue una lucha heroica. Yo rescato su coherencia, su consecuencia, su ejemplo de vida.”
Nora Cortiñas: “Las madres acompañamos al Fosmo, porque nos daba terror que los chicos tengan que pasar por esos cuarteles del horror. Eduardo nos acompañó y ayudó mucho, teníamos casi la misma edad pero él era como un padre para nosotras.”
Juan Manuel Peralta: “Eduardo decía, política es arte, ciencia, virtud y habilidad para saber hacer el bien común.”
Alberto Aramouni: “Fue testimonio de vida. Quienes militamos con él sabíamos de sus convicciones, de sus ideales, y sabíamos que era un tipo santo, y en la actividad política estas cosas no suelen conocerse. Me inspiró para trabajar mientras fui diputado nacional y provincial en lo que a él le preocupaba, el derecho al territorio familiar y el déficit habitacional, el drama en las villas de emergencia.”
Silvia Ortega: “El servicio militar no se suspendió por Carrasco, se suspendió porque existió un Eduardo Pimentel que se plantó contra el.”
A lo largo del homenaje se leyó una carta adhesión del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel: “Eduardo nunca bajó los brazos, le guiaba el amor al prójimo. Nos ha dejado su ejemplo, su entereza y alegría de sembrar la esperanza. Fue un hombre justo.”
PALABRAS DE EDUARDO
- “Vivo mi pensamiento”
- “A mayor tormenta, mejor sonrisa”
- “Si algo me causa alegría es volver a casa todos los días”
martes, 4 de agosto de 2009
La memoria de un luchador
Acá dejo la nota realizada por Adriana Meyer de Página/12, sobre mi abuelo Eduardo Pimentel, en vísperas del 25º aniversario de su muerte.
En la década del ’50 vivían en Mar del Plata, Eduardo Pimentel militaba en la Acción Católica y en la democracia cristiana en esa ciudad. “En Buenos Aires hizo eje en Ciudad Evita, que era un barrio popular. Los gobiernos militares desalojaban casas y por eso mi padre creó el Comité por la Familia; uno de sus temas era el territorio familiar como lugar de pertenencia”, explica Pimentel. “Como éramos 10 ocupábamos dos casas ahí. Una mañana de 1965 vino la Aeronáutica a desalojarnos porque decían que nos correspondía una sola. Al final el oficial que venía a ocuparla ni se bajó del camión. Dejaron la casa vacía con un custodio. Mi viejo la recuperó en plena dictadura”, agrega. Tras el gobierno de Juan Carlos Onganía, Eduardo Pimentel empezó a militar en el sector revolucionario cristiano. Con el Partido Intransigente formaron la Alianza Popular Revolucionaria. La fórmula Alende-Sueldo tuvo su correlato en la provincia con Marcelo Arabolaza y Eduardo Pimentel. “A principios de los ‘70 se juntó con compañeros del Partido Comunista, socialistas, metodistas, judíos y católicos, y el 10 de diciembre de 1975 fundaron la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), para denunciar la barbarie que estaba cometiendo la Triple A; ya había violaciones a los derechos humanos y a las libertades políticas, ya había familiares reclamando por personas desaparecidas”, recuerda.
–¿Quiénes estaban en aquella fundación?
–A Jaime de Nevares lo fue a buscar él a Neuquén, estábamos de vacaciones y recuerdo que le contó el proyecto, y Jaime se vino. Estaban Alfredo Bravo, Adolfo Pérez Esquivel, Simón Lázara y otros compañeros comunistas, del PI y radicales. Las denuncias en el exterior se hacían a través de Raúl Aragón, que estaba exiliado en París.
–¿También militó contra el servicio militar?
–Claro. En 1982 mi hermano Ignacio se negó a hacer el servicio militar, se lo llevaron los milicos en un coche. Lo seguimos hasta un cuartel, y ahí llamó a la prensa para anunciar que iniciaba una huelga de hambre. “Si no sale del cuartel no dejo la huelga”, decía. Y al final fue increíble, le pusieron “no apto”, fue el primer objetor de conciencia público. Y así se creó el Fosmo, Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio.
–¿Cómo recuerda a su padre?
–Nos decía “en la medida en que sean solidarios hagan lo que quieran”. Recuerdo las vacaciones, los fines de semana en los bosques de Ezeiza con toda la familia y amigos, estamos filmados en Súper 8. Recuerdo su capacidad de despegar de su función militante, jamás nos dejó ver si tenía temor o preocupación. Luego supimos lo amenazado que estaba. Había tenido un linfoma y quedó muy débil. Pero él seguía acompañando a las Madres y a las Abuelas, fundó la APDH en Bolivia, no paraba. Antes de Malvinas le mandó una carta a (Reynaldo) Bignone en la que le decía que usaba la patria potestad para negarse a que mis hermanos menores hicieran la colimba. En medio de esa lucha, el Fosmo hizo un homenaje a los muertos por Hiroshima y Nagasaki y a favor de la libertad de conciencia, el 6 de agosto de 1984. Hacía un frío polar, él dio un discurso frente al Congreso y ahí se enfermó de neumonía. Falleció tres días después.
–¿Qué diría su padre de los derechos humanos en la actualidad?
–Se hubiera enojado con varios, decía que en un organismo de derechos humanos no puede haber internas, no cabe la construcción de poder personal. Hubiera acompañando al kirchnerismo por la anulación de las leyes de impunidad, pero diría que la política social no está respetando los derechos humanos básicos, es un enunciado sin desarrollo. No hubiera sido pasivo ante la desaparición de Jorge Julio López, yo mismo me siento culpable de la falta de acción. Se naturaliza tener desaparecidos en democracia, como Miguel Bru y ahora Luciano Arruga, por quien estamos luchando para que aparezca.