Comprate verguenza, comprate!

Cuando al militante de siempre vienen los operadores y le tiran "vos tenés que ir con tal", y al militante el nombre no le suena ni un poco, el militante se indigna. Porque los militantes se conocen, y alguna vez se cruzaron, y se distanciaron, y se encontraron. Por eso, si le decís "andá con Tal", el militante honesto se indigna y no acepta.
Los operadores instalan el nombre, unos cuantos carteles, si tenés mucha torta la hacés grande, a lo De Narváez, quizás ganás, como De Narváez, demostrando que el laburo de los operadores si es eficaz, funciona.

Así de boludos somos. Imaginate. Un empresario, con menos calle que Venecia, con un tipo que le sopla qué decir ante las cámaras, o sea, un total cararrota=Macri, gobierna la ciudad.
Y este cararrota le tocó el timbre a otro, que en medio de la temporada en Mar del Plata, sisi, temporada en Mar del Plata, lanza su candidatura a gobernador de Santa Fe por el PRO. Miguel del Sel nos contó el chiste de su vida.



Empresarios, famosos, gente que un día se levantó y conoció la política, y se candidateó; guarda que estamos gobernados por uno, guarda que, cada tanto, hacen furor.
Por allí tiraron el nombre Florencia Peña (como diputada en la lista de Boudou). Lo mismo. La participación política puede darse en diversas formas. La actriz, por ejemplo, se ha sumado al rico debate. Pero de allí a candidatearse hay un trecho largo que no ha atravesado. Lo mismo que los empresarios devenidos en políticos. Del Sel ni siquiera eso. Sólo la invitación al casamiento de Macri, que pareciera el acceso a la política para algunos.
Yo no quiero un funcionario (de alto mando) más que diga "Presidenta, el sur también existe, acá hay ausencia de Estado", así de ignorante es la camada de empresarios que juegan al funcionario. Tratemos de no caer en la misma muchas veces más, por más que sean cómicos, actrices, o un ex Gran Hermano. Y levanten la bandera que levanten. Si a uno se le enferma un hijo lo lleva al mejor médico. Votemos al mejor, entonces, y repudiemos esta manera burda de subestimarnos.