"Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía"
Rodolfo Walsh

jueves, 7 de abril de 2011

Entre la tintorería y el prostíbulo

La Policía Federal que custodiaba edificios públicos en la Ciudad de Buenos Aires, pasará, desde la próxima semana, a desempeñar el patrullaje por las calles de Capital Federal, en refuerzo a la reclamada seguridad de los porteños.

Ante la decisión del Ministerio de Seguridad de Nación, Macri no tardó en poner el grito en los medios y hasta denunció penalmente a la ministra Nilda Garré. Sin embargo, tampoco ha puesto a disposición a la todavía flamante Policía Metropolitana.

“En el Parque Indoamericano, la Policía Metropolitana no sirvió. Ahora, tampoco sirve para cuidar edificios. La pregunta que surge es: ¿Para qué sirve entonces la PM? Se está perdiendo la oportunidad de generar una Policía Metropolitana consistente”, se pregunta el legislador de Nuevo Encuentro, Gonzalo Ruanova.

¿Para qué sirve? Pero sobre todo, ¿por qué el Gobierno de la Ciudad opta por el reclamo al Gobierno Nacional, y no a llenar el vacío que deja la Policía Federal al patrullar las calles, poniendo a la PM a custodiar los edificios públicos? Quizás, Macri no se sienta capaz de llenar ningún vacío político o institucional, más que su oficina. Los reclamos de Macri al Gobierno Nacional parecieran ser los del hijo que no termina de crecer, que si le va mal en su adultez, la culpa es de los padres. No conoce el término responsabilidad. Recordemos la gloriosa conjunción de palabras pronunciada por el Jefe de Gobierno porteño ante la toma del Parque Indoamericano: “Lo que sucedió es debido a la ausencia del Estado”. Sí, ha leído de manera correcta, pronunciada por el máximo responsable político de la Ciudad de Buenos Aires, a quien las encuestas le adelantan que no tendría otra chance de gobernar.

Entre las causas de los nubarrones que acechan su cielo político, se encuentra la seguridad, las inundaciones, las tomas de los colegios (recordemos que en este momento permanece tomado el colegio Carlos Pellegrini), los hospitales, el tránsito, el estado cuasi calamitoso en las veredas porteñas. Para los sectores más progresistas, las fallas llegan aún más lejos. El conflicto en Soldati puso al descubierto mediático el total olvido que cubre a la zona sur de Capital Federal -“Señora Presidenta, el Sur también existe”, dijo un Macri poético, olvidando nombrar al autor de la cita, el poeta uruguayo Mario Benedetti -; funcionarios del PRO manifestaron el deseo de privatizar la educación; en la Ciudad de Buenos Aires no hay control sobre talleres, en su mayoría textiles, clandestinos y prostíbulos ilegales, que alimentan la cadena de trata de blanca -¿se acuerda del desliz publicitario de Mauricio y Michetti, que circuló por las redes sociales? “Pino, hay que darle trabajo a la gente de Constitución, yo puse una tintorería, un prostíbulo, una tintorería, un prostíbulo” y Gabriela, la mujer visible de la gestión, dice de fondo, “para que sean limpitas”-; intentó nombrar al ex funcionario del último gobierno militar, Abel Posse, como ministro de Educación porteño; lo mismo pretendió hacer, pero frente a la Policía Metropolitana, con el procesado por la causa del atentado a la AMIA y espionaje con el uso de estructuras del Gobierno, y vinculado públicamente al secuestro de Axel Blumberg, Jorge Alberto “Fino” Palacios; los violentos desalojos nocturnos llevados a cabo por la UCEP; arrasó con las políticas dirigidas al área de cultura –entre ellas, el actual estado de los trabajadores del Teatro Colón, que terminó con el cese de contratos de 41 músicos que reclamaban mejoras salariales-. En su momento, también los multitudinarios actos por el Bicentenario en la 9 de Julio fueron foco de críticas por parte de la gestión macrista. Ni cultura, ni historia.

Pero Mauricio Macri sigue apostando a su carrera política, con la aspiración a disputar la presidencia de la Nación en las elecciones de octubre de este año. Evidentemente, se siente confiado en un electorado a su favor, aunque en su mismo entorno le aconsejaron seguir por la Ciudad de Buenos Aires, porque las chances para octubre decrecen día a día.

Macri sigue entre la tintorería y el prostíbulo, presume una imagen limpia, del hombre recién casado, futuro padre -¿etcétera?-, pero son demasiados los baches políticos en su gestión, demasiado gataflorismo con el Gobierno Nacional. Quizás alguien le aconseje que para gobernar se necesitan políticas propias, porque con ser oposición a algo no alcanza.

1 comentario:

FEDERICO dijo...

El Futuro sin bigote.Cristina 2011.

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